Todos sabemos, que cuando empezamos en nuestros estudios, en la profesión de auxiliar de clínica u otra profesión relacionada con la sanidad, nos intentan inculcar en nuestras mentes que no debemos de involucrarnos sentimentalmente a las personas que cuidamos.
Quizás, por mi experiencia, en los hospitales pueda hacerse cuando un paciente entra y sale a los pocos días de su ingreso pero, cuando tratamos con abuel@s día a día, ese objetivo de nuestros profesores, difícilmente puede asumirse, al igual que el utilizar los calificativos de “residentes”, “usuarios” o lo que hoy en día está de moda “clientes”, ¡Cómo si estuviéramos trabajando en un comercio!. Se que ellos pagan por unos servicios contratados y, que sus familiares exigen que sean lo mejor de lo mejor, pero, si les digo a estos, que jamás tendrían monedas para pagar lo que con esos servicios van a encontrar, el amor adosado que viene de forma gratuita de su cuidador.
Día a día, se van metiendo en nuestros corazones, sin apenas darnos cuenta, con sus “manias”, sus ”achaques” y sus ”batallitas”…en definitiva, con su mundo (con el que debemos de empatizar).
Por eso apelo a los profesionales de esta rama de la sanidad, que se guíen por sus conciencias y que en esta nueva etapa de NUESTROS MAYORES procuremos llenarla de felicidad.
Unicornio
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